Los conjuros se crearon en la selva, lo realizan los brujos
siguiendo el legado de sus abuelos y
padres. Ellos les enseñaron desde chicos y les dejaron de herencia para que lo
sigan practicando.
La selva es la cuna de la hechicería, ya que de ahí
surgieron todas las historias de brujos
y conjuros. Los hechizos del mencionado lugar son mayormente requeridos por las
mujeres para atrapar a los hombres o regresar con sus parejas. Los amarres de amor se realizan con elementos del mismo lugar, las
plantas medicinales, animales muertos, etc.
Las personas prefieren a los chamanes del mencionado lugar,
porque sus conjuros son efectivos y rápidos en manifestarse. En cambio las
personas no creen en los chamanes de la capital, porque la
mayoría sólo se dedican a sacar dinero a las personas y al final sus
hechizos no resultan como uno quiere.
Para realizar el conjuro se necesitan unas velas y una foto
de la pareja. Pero cada chamán realiza sus hechizos de distinta manera, así que
algunos piden otros elementos como: una prenda interior, un mechón de cabello y
hasta orina de la pareja.
El hechizo demora en manifestarse un día, la persona hechizada
comienza a tomar interés por la persona pidiente.
Hay dos razones por las que no se manifiestan los hechizos:
-La persona hechizada debe sentir lo mismo que la persona
pidiente, por lo menos sentir un cariño o un afecto para que el hechizo se cumpla.
-La persona pidiente no puede realizar el conjuro para el
mal, si es así el hechizo se revierte contra ella misma y hasta el hechizado
pagaría las consecuencias.
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